jueves, 4 de abril de 2013

Pacho Style

La familia de E. y S. se reúne una vez por semana para comer en amor y compañía. Estas comidas pueden tener múltiples desenlaces, pero, en cualquier caso, antes o después ambas intercambian una o doscientas miradas de horror que se traducen en “¿nosotras vamos a ser así?”. Y es que en cierta manera E. y S. sienten que tienen sus genes por castigo, sobre todo porque cada vez más a menudo al mirarse en el espejo o plantarse la una frente a la otra no pueden evitar detectar en mayor o menor porcentaje la marca de la casa. 
 Analicemos de qué características se compone el Pacho Style
  • Capacidad brutal de abstracción: Si os cruzáis con una de ellas y os parece que tiene toda la pinta de estar en los Mundos de Yupi, no lo dudéis: lo está. No le deis más vueltas. 
  • Contextualización exagerada: Al contar una historia, las Pacho se remontan a tiempos inmemoriales y no escatiman en detalles. Todo importa, desde la talla de calcetín del primo del amigo de la ex del protagonista de la historia que se va a contar a continuación a los pensamientos más profundos de una oruga con la que estaba soñando quien relata tres días antes de que sucediera lo que sea que es digno de contar. Y que no se le ocurra a nadie romper el hilo argumental, porque si no se remonta a antes de Cristo, la historia NO TIENE SENTIDO. La nueva generación Pacho -es decir, S. y E.- están mejorando esta cuidada capacidad de puesta en escena incluyendo además conclusiones finales y desvaríos varios al inicio de cada historia, lo que lejos de confundir al receptor como estáis pensando, le introduce magistralmente para poder adaptar sus reacciones a la narración.*
  • Empatía extrema (como veis, las racanerías no van con ellas: todo es a lo grande): Dícese de la capacidad de ponerse en el lugar del otro SIEMPRE llegando al nivel de justificar lo injustificable. Al fin y al cabo, aunque de primeras parezca que alguien merece ser quemado/a en la hoguera, seguro que una tristísima historia familiar o personal le empujó a actuar como un capullo/a, y eso, hay que entenderlo

  • Dramatización máxima (qué os decía…): no se apellidan Bardem, pero llevan el teatro en las venas. Cualquier pequeña alegría o contratiempo supone una escenificación merecedora de un Oscar, porque de estas pequeñas cosas viven en el seno de la familia Pacho. La vida es demasiado aburrida para no dramatizarla, aunque el mundo no esté preparado para tanto talento y acabe desperdiciado, rechazado, desaprovechado, podrido en cualquier basura, en cualquier rincón de cualquier ciudad sombría y lluviosa, donde la vida no tiene valor y el dinero todo lo puede, y nadie escucha jamás el sonido de las lágrimas por encima del claxon de los coches que inundan las calles de suciedad, como sucias están las almas de quienes los conducen… Ehm… ¿por dónde iba? ¡Ah, sí! Que les gusta el drama más que a un niño un chupachups, pero a Dios pongo por testigo… Bueno que no necesita más explicación esto.  
  • Hierbas mode on: Aunque son temperamentales por naturaleza, lo cierto es que gracias a la Pacho-Imago Primordial fluyen hacia el zen como un riachuelo se deja caer entre piedras perfectamente redondeadas en la cima de una montaña envuelta en aire puro y canto de pajarillos felices. Keep calm and eat chocolate es la enseñanza (también vale infusionar hierbas varias o darse a la lectura).  
  • Deleite en el arte de asustar (y asustarse): La vida está llena, llenísima de peligros. Suerte que existe el reenvío de powerpoints para alertarnos de ello y las Pacho para difundirlos. Vosotros, simples mortales, pensareis que se trata de leyendas urbanas, pero habéis de saber que todo aquello en formato ppt, acompañado de música de Enya y letras de tipografía itálica es VERDAD VERDADERA. Y eso lo saben aquí y en la China. Así que no os atreváis a coger el móvil si un número que no está en vuestra agenda os llama, porque será alguien que desde “el Brasil” os deje la tarjeta de crédito a 0; no bebáis a morro las latas, que están llenas de pis de lémur y por favor, POR FAVOR, jamás digáis vuestro nombre completo a nadie a quien no hayáis visto por lo menos cincuenta y cuatro veces, porque podría ser un psicópata que quiere mataros y enterraros por el puro placer de cavar un hoyo. Por cierto, ¿os habéis parado a pensar alguna vez que es imposible que exista “medio hoyo”? Reflexionadlo.  
  • Antes muertas que sencillas: las mujeres Pacho han sido siempre, son y serán más chulas que Carmen Lomana a pesar de tener menos posibles. Para meter la cabeza en cualquiera de sus armarios es necesario llevar brújula, un mapa del lugar que sea (por puro postureo se recomienda que tenga aspecto viejuno, color sepia y una X marcada en algún lugar) y avisar en casa de que no te esperen para cenar. A simple vista pudiera parecer que muchas prendas se repiten pero NO: todas y cada una de ellas son absolutamente necesarias e imprescindibles, desde esa boa de plumas rojas a esas Martens plateadas pasando por todas las chaquetas negras que los diseñadores de Zara han tenido a bien de reeditar. Y si de repente se dan cuenta de que les falta algo súper básico en sus cajones no dudéis que pararan todas sus actividades programadas (y las de quien se cruce en su camino) por ponerse rumbo al Corte Inglés/Mango/Blanco (para gustos, ya se sabe) para iniciar la busca y captura de tan codiciada prenda. 
  •  Hay que saber qué tiempo hace. Donde sea, da igual si estás en la tranquilidad de tu salón o en Siberia, una Pacho siempre se interesa por las condiciones meteorológicas. Sabrás que estás hablando con una Pacho cuando después de contar que has visto una aurora boreal o un calamar gigante buceando solo preguntará:  "¿Y qué tal hace?". 
  • No sin mi postre: ¿terminar de comer y que no te quede espacio para una fruta de Aragón, un lacito o un rosco de vino**? Eso es impensable y casi una ofensa en Casa Pacho. 
  • Singing and dancing are the way of life: Toda Pacho que se precie lleva el ritmo en las venas, aunque no es ese ritmo que os estáis imaginando para nada. No hay movimientos sexys ni voces prodigiosas, más bien son aleteos de pollo con pisada de uva y canturreos espantaelefantes. Está totalmente prohibido genéticamente que suene Elvis y no honrarle como está establecido, o escuchar un vals y no agarrarse al primer ser humano que pase por al lado y marcarse un bailable en toda regla.
  • Generosidad estúpida: cualquier persona de este planeta intenta escabullirse de las cosas que no le apetece hacer, pero las Pacho se meten en el ojo del huracán sin que nadie se lo pida. Te querrán arreglar la vida y ofrecerse absolutamente para todo aunque no les apetezca nada en absoluto. Además, no les importará desprenderse de cualquier cosa que otro ser sintiente se atreva a admitir que le gusta: - ¡Qué bonito paragüero! - ¿Te gusta? Llevátelo - No, mujer, sólo comentaba que está bien… - Si no me importa, no lo uso. - Que no hace falta, de verdad. - QUE TE LO LLEVES - Vale…. - (¿Y ahora dónde pistacho pongo los paraguas…?) ¿Quieres los paraguas también? Si aquí casi no llueve… 
  • Obsesión concentrada en el Lago de los Cisnes, Sonrisas y Lágrimas, Lo Que el Viento se Llevó y El Mago de Oz. 
  • Gusto por los hombres D&D: Divertidos & Destructivos, lo que es un bien y mal de toda la vida. 
 *Hay que aclarar que tanto E. como S. comprenden esta contextualización y desenchufan hasta que la historia va al turrón, dejando libertad de desvariar durante un máximo de 10 minutos (si son por teléfono no debería pasar de 3, que está caro el asunto y total, no es más que un adelanto monologado de lo que sucederá al final de la historieta).
 **Este tema da mucho –demasiado- de sí, así que otro día explicamos lo que significa de verdad insistir y la tradición de tomar dulces típicos a destiempo como buenos antisistema que son en esta estirpe.



Seguís pensando en el medio hoyo, ¿a qué sí?

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